La actriz y cantante visitó el programa de Mirtha Legrand donde habló de la pérdida de su papá y el valioso consejo que le dio
Elena Roger abrió su corazón sobre lo que representa para ella su actual gira y el viaje interior provocado por la pérdida de sus padres. “Voy a estar yendo a España”, contó emocionada, en La noche de Mirtha (Eltrece), y enseguida reconoció que el impulso artístico de este tour arrastra un sentido íntimo y profundo: “Parte de la gira empezó porque hay una apuesta de empezar a abrir un poco más los lugares para ir a tocar, a cantar”.
El próximo 27 de octubre, día especial por ser también su cumpleaños, Elena estará cantando en Valencia. La coincidencia no es menor: “Es muy lindo, porque además los Rogers partieron del puerto de Valencia”, explicó. Es en ese momento la artista dejó entrever con absoluta honestidad cómo el arte y la memoria familiar se entrecruzan en este nuevo camino: “Es un viaje muy importante el que voy a hacer ahora. Voy a cantar en Valencia, en Barcelona y en Madrid. Digo importante no solo por mi carrera, sino por algo personal”.
Convertida en una de las voces más reconocidas de los musicales en nuestro país, la artista atraviesa un año difícil. “Yo soy huérfana desde noviembre, tengo cincuenta años y digo: ‘¡Soy huérfana!’, porque es reloco cuando uno se encuentra que sus padres no están más”, expresó.

“Empieza a haber todo como una situación de encontrar el camino de mis ancestros”, afirmó. La gira adquiere para la cantante un significado que excede lo musical y escénico: es también un reencuentro con sus propias raíces, una búsqueda en la historia familiar que se superpone con la exploración artística.
La identidad de Elena Roger está profundamente atada a sus raíces barriales y a las historias compartidas con su familia. “Soy de Barracas, nací en Barracas. Sigo viviendo en Barracas, también”, observó con orgullo, remarcando el carácter indeleble de su lugar de origen. Es en ese barrio porteño donde creció cantando, en medio de una atmósfera familiar en la que la música estaba presente. “Yo cantaba muchísimo cuando era chica, pero cantaba muy agudo. En mi casa un poquito, mi hermano, que era mayor, me quería callar, porque como cantaba muy soprano, ligera, y ahí escuchaba ópera, entonces cantaba, cantaba”, recordó con humor.

Uno de los personajes clave en su carrera fue su padre, quien tuvo un papel fundamental en acompañar, y en ocasiones también en preocuparse, por sus primeros pasos en el arte. “Mi papá hizo algo muy lindo, que cuando empecé a ser actriz, a laburar en el teatro y el trabajaba en una empresa. Mi papá enfermó cuando tenía cincuenta y siete años por la crisis económica del 2001, enfermó y tuvo un ACV. Después vivió veintitrés años con esta enfermedad”, recordó.
La protagonista de obras como Piaf y Mina… Che cosa sei?!? recordó cómo su papá, al enterarse de su decisión de dedicarse al teatro, sentía una inquietud genuina y protectora: “Cuando se enteró que yo quería ser actriz, fue a la oficina y dijo: ‘Estoy preocupado, che, la menor quiere ser actriz, ¿se podrá mantener?’”. Sin embargo, ese mismo padre fue quien, al verla en el escenario, se sintió satisfecho y orgulloso frente a los amigos que la acompañaron en su primera gran función en 2003 de la obra inspirada en la carrera musical de la italiana Mina.

El consejo paterno todavía la sigue guiando: “Nunca te vayas a tocar la nariz, que es tu personalidad”, repetía él, convencido de que lo distinto y singular tienen un valor invaluable en la vida artística.
La relación con su marido, el actor Mariano Torre, también tiene tintes familiares profundamente marcados. “Él es del sur, es de Ushuaia. Vivía en Palermo y yo lo traje así. Acá vamos a vivir en Barracas”, compartió la cantante con humor, dejando entrever que el espíritu de pertenencia al barrio sigue intacto.