El gobierno de Leandro Zdero emitió días atrás una escueta gacetilla buscando desvincularse del escándalo de la droguería Suizo Argentina, envuelta en un presunto pago de coimas al entorno del Presidente Javier Milei. Sin embargo, en ese mismo comunicado, el ministro Sergio Rodríguez reconoció que el laboratorio de los Kovalivker participó en al menos cuatro licitaciones públicas entre 2024 y 2025.
Esta admisión oficial de un vínculo comercial, en el preciso momento en que la justicia federal investiga a la firma como un dispositivo de recaudación ilegal, podría ser el primer eslabón de una cadena que derive en el desembarco de la investigación judicial federal en la provincia.
El texto oficial pretendió ser una respuesta al contundente informe de La Política Online -publicado ayer- que expone un aumento exponencial de las compras efectuadas por el Chaco al laboratorio de las coimas tras sellarse la alianza político-electoral entre el gobernador y Milei.
Pero la “aclaración” del gobierno es tan vaga que, lejos de despejar dudas, profundiza los cuestionamientos. La explicación oficial se limita a señalar que la empresa solo obtuvo el 13% de los “renglones adjudicados”, un tecnicismo que oculta lo esencial: el volumen de dinero. Según los registros de la Tesorería Provincial analizados por LPO, las compras a Suizo Argentina se dispararon de $64 millones (abril-agosto 2024) a $472 millones ( mismo período 2025), un aumento de más del 700%.
El ministro Rodríguez fue expuesto para salir al cruce de las publicaciones periodísticas argumentando que el laboratorio de los Kovalivker solo participó en 4 licitaciones y obtuvo apenas el 13% de los renglones.
Crucialmente, el gobierno de Zdero omite explicar cuándo comenzó exactamente esta relación comercial. El explosivo incremento coincide con el calendario político: ocurrió inmediatamente después de que el radical sellara su alianza electoral “Chaco Puede” con los libertarios en abril, y de que recibiera un giro de $120.000 millones de la Nación.
Al admitir el vínculo pero negarse a dar detalles transparentes sobre los montos, las fechas y el contexto político de su abrupta escalada, la desmentida no solo es débil sino que parece ser una confirmación de que tiene una relación que explicar y que su opacidad es, en sí misma, la respuesta.
eschaco